Recogemos con frecuencia las hojas caídas. Si dejamos que se descompongan, quedarían entre las fibras. Para ello usamos un cepillo de jardinero y un recogedor. Si es necesario, un soplador o aspirador (con cuidado de no aspirar el sílice de entre las fibras)
Enjuagamos con agua para eliminar el polvo. Además, opción, si hay manchas orgánicas persistentes, es fregar con detergente neutro (como nuestro ENEGRAS N) usando una fregona doméstica. Para manchas de cal debidas a la dureza del agua, se puede usar una mezcla vinagre-agua al 50%. No usaremos nunca disolventes.
Una vez limpio, cepillaremos para mantener la verticalidad y, opcionalmente, pulverizamos un ambientador desinfectante (como nuestro AMBIGRASS)